Espacios de intervención en la arquitectura urbana, nuevas propuestas para la ciudad.
El primer trazo en el espacio vacío del papel, define el instante de la diferencia entre arte y construcción.
Lo que sea que surja, que algunos llamarán vivienda, refiere a un sistema de ausencias y presencias, con representación en el pasado o en el futuro, que conformará una estética de sustituciones en el espacio urbano.
No existe construcción sin intervención en el espacio urbano, y no existe línea que no se pueda asociar a las diferentes épocas, tendencias, e incluso pensarla como una idea del futuro, cuando no se puede nombrar.
La arquitectura se ha alimentado de caracterizaciones tan amplias, que se renuncia permanentemente a alguna tendencia, sin pretenderlo.
El arte arquitectónico es un modo de plantarse en el mundo, y desde ese lugar el artífice, el arquitecto, dice lo que tiene que decir, alimentado de las distintas formas de intervención sobre sí mismo, por parte de las formas, del gusto.
Algunos prefieren pensar que se comienza con un respeto por la práctica, los elementos de la arquitectura que anclan su resolución, terreno, economía, espacios típicos, espacios prácticos, sin embargo, para el arquitecto, es justamente la materia prima, tal como lo es para el pintor, las diferentes pinturas, texturas, color.
La libertad está en la mancha y rescatar la figura, como si fuera un cuadro.
Proyectar edificios, y construirlos, son la forma de acomodar el mundo a la actividad humana, pero cómo hacerlo, por qué, en qué espacio es la forma del arte.
Los cambios tecnológicos, impactan sobre los elementos, del mismo modo que impacta sobre la cultura, la nueva arquitectura trabaja sobre paradigmas diferentes y a veces contrapuestos, en el mismo tiempo, un espacio funcional, que admite oficinas móviles, para conexión a internet, y comodidad para usarlo durante mucho tiempo, convive con espacio de relax, y de compartir.
Las renovaciones, son lentas, los cambios en edificios no se pueden realizar a la misma velocidad en que cambia la tecnología, es por ello que la verdadera revolución urbanística se apoya en nuevos emprendimientos.
Estamos en una época de bisagra, en arquitectura y en arte, los cambios tecnológicos modelan los propósitos, no sólo se busca una vivienda para compartir, con otros seres humanos, la familia, sino que pueda vincularse a la forma de trabajo e incluso a la forma del descanso.
El rigor obstinado de los cambios tecnológicos, son un desafío para el futuro de los espacios urbanos, donde no bastará con resolver puntuales edificaciones, sino el espacio circundante donde se desarrolla.
En los nuevos paradigmas arquitectónicos, que viene de la etapa anterior de integrar la construcción al espacio, se rompe con ese esquema, y se entiende que la nueva construcción planteará una experiencia de intervenir el espacio circundante, ya sea por la incorporación de lo invisible, conexión a la Internet, como de las visibles, espacio de influencias ecológicas, edificios autosustentables, edificios que generan un entorno saneado, preparados para ser pulmones de la ciudad en espacios claves.
Tal la situación del proyecto de Tango Work and Live, en plena zona de Congreso.
El modelo de Fideicomiso inmobiliario no sólo modifica el aspecto económico si no que contribuye, de manera paradójica, en el concepto arquitectónico de un espacio que parecía determinado por su historia.
Cartón resistente, una idea de un diseñador chino que promete ingresar en el mercado de decoración de interiores, industria del mueble y otras opciones.
La burbuja inmobiliaria provoca efectos secundarios, cualquiera con una propiedad arma un sitio para atendión turística sin tener la menor idea de cómo se lleva adelante un servicio de hotel.